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El joven tejo se encuentra junto a la iglesia parroquial de Deva, Gijón; y frente a la puerta del cementerio.
La Iglesia de San Salvador de Deva fue destruida durante la Guerra Civil. Apenas conserva restos de su origen románico, entre los que destacan los restos de una arquería, dos capiteles y una inscripción anterior, prerrománica. Esta iglesia estaba vinculada al antiguo monasterio de San Salvador de Deva, de finales del siglo X o principios del XI.
El entorno es muy atractivo: robles centenarios, el lavadero, el güeyu Deva y la ermita de la Peña de Francia, de titularidad privada, donde sigue creciendo un tejo plantado hace algunos años y al que ya se ha hecho referencia en este blog.
Del güeyu u ojo del que nace el arroyo Peña de Francia, cuenta la leyenda que salían las xanas (ninfas astures de las aguas), apareciéndose en ciertos amaneceres señalados, como el de San Xuan, cuando podían ser desencantadas, símbolo del culto a la diosa celta de la naturaleza Deva, adorada en fuentes y ríos, donde la ermita de Nuestra Señora de Peña Francia (s.XVII) parece querer cristianizar este espacio sagrado. Su fiesta, el ocho de septiembre, coincide con la de La Santina, y quizás por ello es punto de partida de una transitada ruta de andariegos y peregrinos: el famoso Camín de Covadonga
Y de la ermita Peña de Francia dijo Jovellanos:
“En esta parroquia hay un santuario dedicado a la Virgen, con la advocación de Peña de Francia, que es notable por su amena y caprichosa situación. La ermita está colocada en el rellano de un alto peñasco a cuyo pie rompe un riachuelo que, abriéndole a flor de tierra y haciendo a su salida un ancho y cristalino remanso, de dos a tres pies de fondo, toma después su curso y forma en sus aguas un de los brazos del río Piles, que desagua en la playa oriental de la villa. Este remanso se ve siempre lleno de pequeñas truchas que, con título de güeyu de Deva, se estiman mucho en Gijón por su exquisito sabor”.